Las
habilidades de ámbito social son inherentes al ser humano pero se pueden
ajustar o modificar en función de los objetivos que queramos alcanzar para
conseguir mejores relaciones que favorezcan un mayor éxito en la vida. El
desarrollo de estas habilidades sociales se ha convertido en una necesidad para
crecer personal y profesionalmente.
Las empresas
son cada vez más conscientes de la importancia que tiene contar con
trabajadores que sean capaces de sacarles el máximo partido a esta parte de su inteligencia emocional
permitiéndoles relacionarse adecuadamente con los demás. Su importancia ha
llegado a tal extremo que pueden ser aquello que haga destacar a un candidato
frente a otro en un proceso de selección, o
un trabajador de otro frente a la posibilidad de un ascenso.
Algunas de estas
habilidades sociales más importantes para la empresa son:
La empatía es
la capacidad para ponerse en el lugar de otra persona para poder conocer sus
necesidades emocionales; lo cual es muy importante de cara la atención al cliente o a las negociaciones
entre otros aspectos. Es, por tanto, un elemento clave para alcanzar los
objetivos marcados ya que al entender las motivaciones de los demás uno puede
adaptarse mejor a sus intereses.
La flexibilidad
es una característica muy importante. El trabajador tiene que tener una mente
abierta y adaptarse a cualquier cambio y situación complicada que se pueda
producir en la empresa por las nuevas «exigencias del guión», que cada vez son
mayores en el actual entorno de constante cambio.
La capacidad
de comunicación, es importante y lleva consigo la capacidad de escuchar,
persuadir, exponer las ideas de forma clara o formular las preguntas adecuadas
entre otras habilidades. Es importante desarrollar una buena comunicación
interna y externa de la empresa pero la capacidad de comunicar de sus empleados
y altos cargos es el elemento clave.
El optimismo
y la confianza en uno mismo son aspectos a tener en cuenta, sobre todo porque
una persona optimista puede llegar mejor a alcanzar lo que busca. Es importante
saber asumir riesgos y responsabilidades pero hay que saber dónde parar. Una
persona segura de sí misma gusta, pero una soberbia no.
La capacidad
del trabajo en equipo es importante, sobre todo si se tiene que trabajar en
equipo o colaborar con el resto de las personas de la empresa. Mostrarse en
disposición de aprender los demás y favorecer la retroalimentación también son
aspectos interesantes.
La comunicación
no verbal se posiciona como uno de los factores
más valorados por las empresas porque de su control depende el éxito.
Hay que tener en cuenta la postura del cuerpo, la sonrisa, la mirada y los
gestos, todo ello para transmitir lo que se quiere comunicar de forma efectiva.