La ansiedad
es un estado mental, una respuesta adaptativa del organismo ante situaciones
percibidas como amenazantes con la finalidad de salir victoriosos de ellas. Puede
deberse a un factor fisiológico, genético o psicológico. En los negocios
generalmente se suele deber a algún factor psicológico derivado del mismo hecho
del trabajo como por ejemplo, el estrés.
La mayoría de
personas que reflexionan sobre el afrontamiento del estrés, lo hacen bajo el
prisma de una connotación negativa. El hecho de hablar de afrontamiento sugiere
que el estrés es perjudicial y que, por lo tanto, hay eliminarlo. Esta visión,
aunque no es errónea sí es sesgada. Existe un estrés que podemos llamar
positivo y que nos ayuda a superar los retos que la persona se encuentra en su
día a día. Por lo tanto, según lo explicado, sería más adecuado hablar de la gestión
del estrés en lugar de afrontamiento del mismo.
Para gestionar
tanto la ansiedad como el estrés que la provoca hay que hacer ejercicio
frecuentemente, tener una buena alimentación y darse un tiempo para sí. En
ocasiones la falta de tiempo hace que se dedique todo a los negocios cayendo,
en ocasiones, en el error de asumir más de lo que se puede realizar.
Hay que
aprender a decir no, ya que no saber negar las cosas puede hacer que asumamos
más de lo que podemos, además de esto hay que evitar dejar tareas pendientes
aunque esto no supone trabajar más horas de las necesarias sino que simplemente
hay que buscar un equilibrio en el trabajo y ver qué cosas se pueden aplazar y
cuáles no.
Es necesario
considerar los tiempos de trabajo necesarios para cada tarea. En la
organización de las tareas debe considerarse la cantidad y calidad de trabajos
exigidos así como los periodos de descanso necesarios. Imprescindible
optimizar.
Hay que
cambiar la forma de pensar y eliminar los pensamientos negativos. No hay que
tener miedo al fracaso ni agobiarse por algo que no se pueda evitar.
Es muy
importante que seas capaz de identificar los síntomas a tiempo para poner
remedio y evitar que la ansiedad acabe perjudicándote en el trabajo o la salud.
Alguno de sus síntomas son: sed, falta de concentración, taquicardia, dolores
de cabeza, insomnio, etc.