En
el 57% de los casos quienes acuden a una entrevista de trabajo no se la han
preparado con anterioridad. Este es un gran error ya que lo que se deja al azar
suele salir mal. Por ello, es importante hondar en la historia de la empresa, sus
valores, el perfil profesional que buscan, etc. para hacernos una idea de lo
que nos pueden preguntar y preparar posibles respuestas. En este punto hay que
tener cuidado para no parecer un robot que reproduce respuestas programadas y
actuar con la mayor naturalidad posible con el fin de conseguir el empleo.
Con
este trabajo de campo ya realizado puedes enfrentarte a la temida pregunta
“¿Por qué debo contratarte?”. Aunque a veces no lo vemos así, esta es la
pregunta idónea para marcar la diferencia respecto al resto de candidatos y
demostrar que somos la persona ideal para desarrollar el puesto de trabajo en
cuestión.
En
primer lugar, es importante que conozcas tus cualidades, habilidades y
aptitudes, y cómo desarrollarlas para sacarles su máximo potencial. Es
importante que las lleves estudiadas de casa ya que durante la entrevista con
el componente de estrés agregado que supone es probable que no seas capaz de
exponerlas todas de la forma correcta.
En
segundo lugar, debes conocer qué competencias son requeridas para el puesto de
trabajo en concreto. Así podrás adaptar tu respuesta de manera que encaje mejor
con la respuesta que espera el reclutador pero sin mentir. La honestidad sea
probablemente la cualidad más valorada por el entrevistador en estos momentos
ya que si sospecha o averigua alguna inconcluencia o contradicción durante tu
entrevista, es probable que este sea el final de la misma.
Utiliza
ejemplos reales en los que solucionaste situaciones problemáticas, trabajaste
en equipo satisfactoriamente o superaste situaciones de estrés con éxito. De esta
forma podrás demostrar que cuentas con las aptitudes y habilidades que has
usado para definirte como trabajador idóneo para el puesto y dotarás a tu
testimonio de veracidad y naturalidad.
En
definitiva, intenta seguir el esquema “La empresa necesita X y yo soy la mejor
persona para lograrlo por la siguiente razón”. Así lograrás convencer al
reclutador de objetivamente de tu potencial y tus capacidades para desarrollar
el puesto de trabajo requerido de manera satisfactoria.